Si no podemos adoptar ninguna de estas soluciones sencillas,
¿cómo podríamos unir
estas tres verdades de la Biblia y mantener la doctrina de la Trinidad? A veces
algunos han usado varias analogías derivadas de la naturaleza o de la
experiencia humana intentando explicar esta doctrina.
Aunque
estas analogías son útiles a un nivel elemental de entendimiento, todas
resultan inadecuadas o equívocas bajo mayor reflexión. Decir, por ejemplo, que Dios
es como un trébol, que tiene tres partes y sin embargo sigue siendo un trébol, falla
porque cada hoja es sólo una parte del trébol, y no se puede decir de una hoja que
sea todo el trébol.
Pero
en la Trinidad cada una de las personas no es simplemente una parte separada de
Dios, sino que cada una es plenamente Dios. Es más, la hoja de un trébol es
impersonal y no tiene personalidad distinta y compleja de la manera que la
tiene cada persona de la Trinidad.
Otros
han usado la analogía del árbol con tres partes: raíz, tronco y ramas, y todas constituyen
un solo árbol. Pero surge un problema similar, porque estas son sólo partes de
un árbol, y de ninguna de ellas se puede decir que sea todo el árbol.
Es
más, en esta analogía las partes tienen propiedades diferentes, a diferencia de
las personas de la Trinidad, todas las cuales poseen todos los atributos de
Dios en igual medida. y la falta de personalidad en cada parte es igualmente
una deficiencia.
La
analogía de las tres formas del agua (vapor, agua y hielo) es también
inadecuada porque;
(A) Ninguna parte del agua jamás es las tres cosas a la vez,
(B) Tienen diferentes propiedades o características,
(C) La analogía no tiene algo que corresponda al hecho de que hay sólo un
Dios (no hay tal cosa como «un agua» o «toda el agua en el universo»), y
(D) Falta el elemento de la personalidad inteligente.
Se han
derivado otras analogías de la experiencia humana. Se pudiera decir que la
Trinidad es como el hombre que a la vez que es agricultor, alcalde de la ciudad
y anciano en la iglesia. Funciona en papeles diferentes en ocasiones
diferentes, pero es un solo hombre.
Sin
embargo, esta analogía es muy deficiente porque hay sólo un individuo haciendo
estas tres actividades en tiempos diferentes, y la analogía no puede explicar
la interacción personal entre los miembros de la Trinidad. (De hecho, esta
analogía simplemente enseña la herejía llamada modalismo, que se considera más
abajo).
Otra
analogía tomada de la vida humana es la unión del intelecto, las emociones y la
voluntad en un solo ser humano. Aunque estas son partes de la personalidad, sin
embargo, ningún factor constituye la persona entera; y las partes no son idénticas
en características sino que tienen capacidades diferentes.
Así
que, ¿qué analogía debemos usar para enseñar la Trinidad? Aunque la Biblia usa
muchas analogías de la naturaleza y la vida para enseñamos varios aspectos del carácter
de Dios (Dios es como una roca en su fidelidad, es como un pastor en su cuidado,
etc.), es interesante que en ninguna parte la Biblia usa analogía alguna para
enseñar la doctrina de la Trinidad.
Lo más
cercano que tenemos a una analogía se halla en los mismos títulos «Padre» e
«Hijo»; títulos que claramente hablan de personas distintas y de la estrecha
relación que existe entre ellos en una familia humana.
Pero a
nivel humano, por supuesto, tenemos dos seres humanos enteramente separados, y
no un ser compuesto de tres personas distintas. Es mejor concluir que ninguna
analogía expresa adecuadamente lo que es la Trinidad, y todas desorientan de
maneras significativas.
NOTA: El término técnico para este punto de vista
es arrianismo, que fue otra herejía condenada en la iglesia antigua; vea la
explicación más abajo.
Hay una cierta condición atmosférica (que los
químicos llaman «punto triple») en la cual el vapor, agua líquida, y el hielo
pueden existir simultáneamente, pero incluso entonces la cantidad de agua que
es vapor no es hielo o líquido, la cantidad de líquido no es vapor o hielo,
etc.
DIOS EXISTE ETERNA Y NECESARIAMENTE COMO LA TRINIDAD.
Cuando
fue creado el universo, Dios Padre habló las palabras creadoras poderosas que
lo hicieron existir, Dios Hijo fue el agente divino que realizó estas palabras
Gn 1: 3; 1ª Co 8: 6; Col 1: 16; Heb 1: 2), y Dios Espíritu Santo estaba activo
«iba y venía sobre la superficie de las aguas» (Gn 1: 2). Así que es como
esperaríamos: si los tres miembros de la Trinidad son igual y plenamente
divinos, los tres han existido por toda la eternidad, y Dios ha existido
eternamente como Trinidad (también Jn 17: 5, 24).
Es más,
Dios no puede ser otro que el que es, porque es inmutable (vea capítulo 11 arriba).
Por consiguiente, parece apropiado concluir que Dios necesariamente existe como
Trinidad; no puede ser otra cosa que lo que él es.
HAN SURGIDO ERRORES AL NEGAR ALGUNA DE ESTAS TRES AFIRMACIONES QUE
RESUMEN LA ENSEÑANZA BÍBLICA
En la sección
anterior vimos cómo la Biblia exige que expresemos las siguientes tres
afirmaciones:
1. Dios es tres personas
2. Cada persona es plenamente Dios.
3. Hay sólo un Dios.
Antes
de examinar más las diferencias entre Padre, Hijo y Espíritu Santo, y la manera
en que se relacionan entre sí, es importante considerar algunos de los errores doctrinales
en cuanto a la Trinidad que han surgido en la historia de la iglesia.
En
esta revisión histórica veremos algunos de los errores que debemos evadir en
cualquier pensamiento ulterior en cuanto a esta doctrina. De hecho, los principales
errores trinitarios que han surgido, han resultado debido a una negación de una
u otra de estas tres afirmaciones primordiales.