¿CUÁL ES LA RELACIÓN ENTRE LAS TRES PERSONAS Y EL SER DE DIOS?

Después de la explicación precedente, la pregunta que queda sin resolverse es: 
¿cuál es la diferencia entre «persona» y «ser» en esta consideración? ¿Cómo podemos decir que Dios es un ser indiviso, y sin embargo en este ser hay tres personas?
Primero, es importante afirmar que cada persona es completa y plenamente Dios; es decir, que cada persona tiene la plenitud completa del ser de Dios en sí mismo. El Hijo no es parcialmente Dios, ni tampoco un tercio de Dios, sino que el Hijo es total y plenamente Dios, y lo mismo el Padre y el Espíritu Santo. Por tanto, no sería apropiado pensar en la Trinidad según la figura, en la que cada persona representa sólo un tercio del ser de Dios.
Más bien, debemos decir que la persona del Padre posee todo el ser de Dios en sí mismo. Asimismo, el Hijo posee todo el ser de Dios en sí mismo, y el Espíritu Santo posee todo el ser de Dios en sí mismo.
Cuando hablamos de Padre, Hijo y Espíritu Santo juntos no estamos hablando de ningún ser mayor que cuando hablamos solo del Padre, solo del Hijo o solo del Espíritu Santo. El Padre es todo del ser de Dios. El hijo también es todo del ser de Dios; y el Espíritu Santo es todo del ser de Dios.
EL SER DE DIOS NO ESTÁ DIVIDIDO EN TRES PARTES IGUALES QUE CONSTITUYEN LOS TRES MIEMBROS DE LA TRINIDAD
Esto es lo que el credo atanasiano afirmó en las siguientes oraciones:
Y La Fe Católica Es Esta: Que Adoramos A Un Dios En Trinidad, Y Trinidad En Unidad; No Confundiendo Las Personas, Ni Dividiendo La Sustancia [Esencia]. Porque Hay Una Persona Del Padre; Otra Del Hijo; Y Otra Del Espíritu Santo.
Pero La Deidad Del Padre, Del Hijo Y Del Espíritu Santo Es Toda Una; Igual La Gloria, Coeterna La Majestad. Tal Como El Padre Es, Tal Es El Hijo Y Tal El Espíritu Santo Y Así Como Estamos Obligados Por La Verdad Cristiana A Reconocer A Cada Persona Por Sí Misma Como Dios Y Señor, La Religión Católica Nos Prohíbe Decir Que Hay Tres Dioses, O Tres Señores.
Pero si cada persona es plenamente Dios y tiene todo el ser de Dios, tampoco debemos pensar que las distinciones personales son atributos adicionales añadidos al ser de Dios.
Las distinciones personales en la Trinidad no son algo añadido al ser real de Dios.
Más bien, cada persona de la Trinidad tiene todos los atributos de Dios, y ninguna persona tiene atributos que las otras no posean.
Por otro lado, debemos decir son realmente personas y que no son simplemente diferentes maneras de ver el ser de Dios. (Esto sería modalismo o sabelianismo, según se explicó arriba). Las personas de la Trinidad no son simplemente tres maneras diferentes de mirar al ser de Dios.
Más bien, nuestro concepto de la Trinidad debe ser tal que la realidad de las tres personas se mantenga, y se vea a cada persona relacionada con las otras como un (yo) (una primera persona) y un «tú» (una segunda persona) y un «él» (una tercera persona).
La única manera que esto parece posible es decir que la distinción entre las personas no es una diferencia en «ser» sino una diferencia en «relaciones». Esto es algo muy distante de nuestra experiencia humana, en donde toda «persona» humana diferente es diferente también en ser. De alguna manera el ser de Dios es tanto mucho más grande que el nuestro que dentro de su ser indiviso puede haber un desdoblar de relaciones interpersonales, para que pueda haber tres personas distintas.
¿Cuáles son, entonces, las diferencias entre Padre, Hijo y Espíritu Santo? No hay ninguna diferencia en atributos.
La única diferencia entre ellos es la manera en que se relacionan uno con otro y con la creación. La cualidad singular del Padre es la manera en que se relaciona como Padre con el Hijo y con el Espíritu Santo. La cualidad singular del Hijo es la manera en que este se relaciona como Hijo; y la cualidad singular del Espíritu Santo es la manera en que este se relaciona como Espíritu.
Aunque los tres diagramas que acabamos de dar representan ideas erróneas que hay que evitar, el siguiente diagrama puede ser útil al pensar en la existencia de tres personas en un solo ser indiviso de Dios.
Hay tres personas distintas, y el ser de cada persona es igual a todo el ser de Dios.
En este diagrama, al Padre se le representa con la sección del círculo marcada con una P. Luego, en el resto del círculo, avanzando como las manecillas del reloj, al Hijo se le representa con la sección del círculo marcada con una H; y después, avanzando también como las manecillas del reloj, al Espíritu Santo se le representa con la sección del círculo marcada con Es. Así que hay tres personas distintas, pero cada persona es plena y totalmente Dios.
Por supuesto, la representación es imperfecta, porque no puede representar la infinitud de Dios, ni su personalidad, ni, a decir verdad, ninguno de sus atributos. También hay que mirar el círculo en más de una manera a fin de entenderlo; se debe entender que las líneas punteadas indican relación personal y no una división en el ser de Dios.
Por tanto, el círculo mismo representa el ser de Dios mientras que las líneas punteadas representan una forma de existencia personal pero no una diferencia de ser. El diagrama puede, con todo, ayudarnos a guardarnos contra algunos malos entendidos.
Nuestras personalidades humanas proveen otra analogía tenue que puede ayudar a pensar en cuanto a la Trinidad. Un hombre puede pensar en diferentes objetos fuera de sí mismo; cuando hace esto, él es el sujeto que piensa.
También puede pensar en sí mismo, y entonces él es el objeto de quien se está pensando; así que es a la vez sujeto y objeto. Es más, puede reflexionar en sus ideas en cuanto a sí mismo como una tercera cosa, ni sujeto ni objeto, sino pensamientos que él tiene como sujeto en cuanto a sí mismo como objeto.
Cuando esto sucede, el sujeto, el objeto y los pensamientos son tres cosas distintas. Sin embargo cada cosa de cierta manera incluye todo su ser; el hombre en su totalidad es el sujeto, y el hombre en su totalidad es el objeto, y los pensamientos (aunque en un sentido menor) son pensamientos la totalidad de sí mismo como persona.
Pero si el desdoblamiento de la personalidad humana permite esta clase de complejidad, el desdoblamiento de la personalidad de Dios debe permitir mucha mayor complejidad que esto. Dentro del ser de Dios, el «desdoblamiento» de personalidades debe permitir la existencia de tres personas distintas, mientras cada persona sigue teniendo la totalidad de Dios en sí misma. La diferencia en personas debe ser de relación, no de ser, y sin embargo cada persona debe tener verdadera existencia. Esta forma tri personal de ser está más allá de nuestra capacidad de entenderlo.
Es una clase de existencia muy diferente de cualquier cosa que hayamos experimentado y muy diferente de todo lo demás en el universo.
Debido a que la existencia de tres personas en un solo Dios es algo que está más allá de nuestra comprensión, la teología cristiana ha llegado a usar la palabra persona para hablar de estas diferencias en relaciones, no debido a que entendamos completamente lo que se quiere decir con la palabra persona al referirse a la Trinidad, sino más bien para que podamos decir algo en lugar de no decir nada.
NOTA: Algunas teología sistemáticas dan nombres a estas diferentes relaciones: «paternidad» (o «generación») para el Padre, «filiación» para el Hijo, y «procesión» (o «inspiración») para el Espíritu Santo, pero los nombres no significa nada más que «relacionándose como Padre», y «relacionándose como Hijo», y «relacionándose como Espíritu».

En un esfuerzo por evitar la proliferación de términos técnicos que no existen en el inglés contemporáneo, y cuyo significado difieren del sentido inglés ordinario, no he usado estos términos en este capítulo.