EL MODALISMO ADUCE QUE HAY SÓLO UNA PERSONA QUE SE NOS PRESENTA EN TRES FORMAS

(O «MODOS») DIFERENTES.
En varias ocasiones algunos han enseñado que Dios no es en realidad tres personas distintas, sino una sola persona que se aparece a los seres humanos en diferentes «modos» en ocasiones diferentes. Por ejemplo, en el Antiguo Testamento Dios aparece como «Padre».
En los Evangelios, esta misma persona divina apareció como «el Hijo» como se ve en la vida humana y ministerio de Jesús. Después de Pentecostés, esta misma persona entonces se nos reveló como el «Espíritu» activo en la iglesia.
A esta enseñanza también se hace referencia con dos otros nombres. A veces se le llamas sabelianismo, por un maestro llamado Sabelio que vivió en Roma a principios del siglo III d.C. Otro nombre que se le da al modalismo es «monarquismo modalista», debido a que esta enseñanza no sólo dice que Dios se nos reveló en «modos» diferentes sino también dice que hay sólo un supremo gobernador (monarca) en el universo y que es Dios mismo, que consiste de sólo una persona.
El modalismo obtiene su atractivo del deseo de recalcar claramente el hecho de que sólo hay un Dios. Puede aducir respaldo no sólo de pasajes que hablan de un solo Dios, sino también de pasajes como Jn 10: 30 (El Padre y yo somos uno) y Jn 14: 9 (El que me ha visto a mí, ha visto al Padre).
Sin embargo, el último pasaje puede simplemente significar que Jesús revela plenamente el carácter de Dios Padre, y el pasaje anterior Gn 10:30), en un contexto en el que Jesús afirma que realizará todo lo que el Padre le ha dado que haga y salvará a todos los que el Padre le ha dado, parece querer decir que Jesús y el Padre son uno en propósito (aunque también pudiera implicar unidad de esencia).
La debilidad fatal del modalismo es el hecho de que debe negar las relaciones personales dentro de la Trinidad que aparecen en tantos lugares de la Biblia (o debe afirmar que estas fueron simplemente una ilusión, no algo real). Por tanto, debe negar que hubo tres personas separadas en el bautismo de Jesús, donde el Padre habla desde el cielo, y el Espíritu desciende sobre Jesús como una paloma.
Debe decir que todas esas instancias en donde Jesús ora al Padre son una ilusión o una charada. La idea del Hijo o el Espíritu Santo intercediendo por nosotros ante Dios Padre se pierde.
Finalmente, el modalismo en última instancia pierde la esencia de la doctrina de la expiación; es decir, la idea de que Dios envió a su Hijo como sacrificio sustitutivo, y que el Hijo llevó la ira de Dios en nuestro lugar, y que el Padre, representando los intereses de la Trinidad, vio el sufrimiento de Cristo y quedó satisfecho (Is 53: 11).
Es más, el modalismo niega la independencia de Dios, porque si Dios es sólo una persona, no tiene capacidad de amar o comunicarse sin otras personas en su creación. Por consiguiente fue necesario que creara al mundo, y Dios ya no sería independiente de la creación (vea capítulo 12 sobre la independencia de Dios).

Una presente denominación dentro del protestantismo (definida ampliamente), la Iglesia Pentecostal Unida, es modalista en su posición doctrinal.