¿CÓMO PUEDE DIOS SER TRES PERSONAS Y SIN EMBARGO UN SOLO DIOS?
Los
capítulos precedentes han considerado muchos atributos de Dios; pero si entendemos
sólo esos atributos, no comprenderemos apropiadamente a Dios, porque no
entenderíamos que Dios, en su mismo ser, siempre ha existido como más de una
persona. De hecho, Dios existe como tres personas, y sin embargo es un solo
Dios.
Es
importante recordar la doctrina de la Trinidad en conexión con el estudio de los
atributos de Dios. Cuando pensamos de Dios como eterno, omnipresente,
omnipotente, etcétera, podemos tener la tendencia a pensar sólo en Dios Padre
en conexión con esos atributos. Pero la enseñanza bíblica sobre la Trinidad nos
dice que todos los atributos de Dios son verdad de las tres personas, porque
cada una es plenamente Dios.
Por
tanto, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo son también eternos, omnipresentes,
omnipotentes, infinitamente sabios, infinitamente santos, infinitamente amor,
omniscientes, y todo lo demás.
La
doctrina de la Trinidad es una de las doctrinas más importantes de la fe
cristiana.
El
estudio de las enseñanzas bíblicas sobre la Trinidad nos da una noción más profunda
del asunto que es el centro de toda nuestra búsqueda de Dios: ¿cómo es Dios en
sí mismo? Aquí aprendemos que en sí mismo, en su propio ser, Dios existe en las
personas de Padre, Hijo y Espíritu Santo, y sin embargo es un solo Dios.
EXPLICACIÓN Y BASE BÍBLICA
Podemos
definir la doctrina de la Trinidad como sigue: Dios existe eternamente como
tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo, y cada persona es plenamente Dios,
y hay sólo un Dios.
LA DOCTRINA DE LA TRINIDAD SE
REVELA PROGRESIVAMENTE EN LA BIBLIA.
REVELACIÓN PARCIAL EN EL ANTIGUO TESTAMENTO.
La
palabra Trinidad nunca se halla en la Biblia, aunque la idea que denota la
palabra se enseña en muchos lugares.
La
palabra Trinidad quiere decir «tri-unidad» o «tres en uno». Se usa para resumir
la enseñanza bíblica de que Dios es tres personas y sin embargo un solo Dios.
A veces
algunos piensan que la doctrina de la Trinidad se halla sólo en el Nuevo Testamento,
y no en el Antiguo. Si Dios ha existido eternamente como tres personas, sería
sorprendente no hallar indicaciones de eso en el Antiguo Testamento.
Aunque
la doctrina de la Trinidad no se halla explícitamente en el Antiguo Testamento,
varios pasajes sugieren o incluso implican que Dios existe como más de una
persona.
Por
ejemplo, según Génesis 1:26, Dios dijo: «Hagamos al ser humano a nuestra imagen
y semejanza». ¿Qué significa el verbo en plural (<hagamos») y el pronombre plural
(<nuestra»)? Algunos han sugerido que son plurales de majestad, una forma de
hablar que el rey solía usar para decir, por ejemplo: «Nos complace concederte
tu petición».
Sin
embargo, en el hebreo del Antiguo Testamento no hay otros ejemplos de que un
monarca use verbos plurales o pronombres plurales para referirse a sí mismo con
un «plural de majestad», así que esta opinión no tiene evidencia que la
respalde. Otra opinión es que Dios aquí está hablándole a los ángeles.
Pero
los ángeles no participaron la creación del hombre, ni tampoco el hombre fue
creado a imagen y semejanza de los ángeles, así que esta idea no es convincente.
La mejor explicación es que ya en el primer capítulo de Génesis tenemos una
indicación de una pluralidad de personas en Dios mismo. No se nos dice cuántas
personas, y no tenemos nada que se acerque a una doctrina completa de la Trinidad,
pero se implica que interviene más de una persona.
Lo
mismo se puede decir de Génesis 3: 22 (El ser humano ha llegado a ser como uno
de nosotros, pues tiene conocimiento del bien y del mal»), Génesis 11: 7 (Será
mejor que bajemos a confundir su idioma, para que ya no se entiendan entre
ellos mismos»), e Isaías 6: 8
(¿A
quién enviaré? ¿Quién irá por nosotros?»). (Note la combinación de singular y plural
en la misma oración del último pasaje).
Es
más, hay pasajes en donde a una persona se le llama «Dios» o «el Señor», y se distingue
de otra persona de quien también se dice que es Dios. En Salmo 45: 6-7 el salmista
dice: «Tu trono, oh Dios, permanece para siempre; Tú amas la justicia y odias
la maldad; por eso Dios te escogió a ti y no a tus compañeros, ¡tu Dios te ungió
con perfume de alegría!»
Aquí
el Salmo va más allá de describir algo que pudiera ser cierto de un rey
terrenal y llama al rey «Dios» (v. 6), cuyo trono durará «para siempre». Pero
luego, hablando a la persona que llama «Dios», el autor dice que «por eso Dios
te escogió a ti y no a tus compañeros» (v. 7). Así que a dos personas separadas
se les llama «Dios» (heb. Elohim).
En el
Nuevo Testamento, el autor de Hebreos cita este pasaje y lo aplica a Cristo:
«Tu trono, oh Dios, permanece por los siglos de los siglos» (Heb 1: 8).
NOTA: Tanto Alejandro Magno (en 152 a.C.) y el rey
Demetrio (alrededor de 145 a.C.) se refieren a sí mismos de esta manera, por
ejemplo, en el texto de Mac 10: 19 y 11:3 1 en la Septuaginta, pero esto es
griego, no hebreo, y fue escrito mucho después de Génesis.
Con referencia a la sugerencia del plural de
majestad: «El plural que usa Dios en Génesis 1: 26; 11: 7, Isaías 6: 8 se ha explicado
incorrectamente de esta manera». Ellos entienden Gn 1: 26 como «un plural de
auto deliberación». Mi propia investigación extensa de interpretación judía
subsecuente en el Talmud de Babilonia, los targúmenes y la midrash mostraron
sólo que los intérpretes rabínicos posteriores no lograron llegar a algún
acuerdo de ninguna interpretación satisfactoria de este pasaje, aunque las
interpretaciones del «plural de majestad» y de «Dios hablándole a los ángeles»
se sugirieron comúnmente.
«El plural "nosotros' fue considerado por los
padres y primeros teólogos casi unánimemente como indicativo de la Trinidad»
[Keil and Delitzsch, 01d Testament Commentaries (Associated Publishers and
Authors, Grand Rapids, n. f. J, 1: 48, con objeciones a otras posiciones y una
afirmación de que Gn 1: 26 contiene «la verdad que yace en el cimiento de la
noción trinitaria».
La RSV (en inglés) traduce Sal 45:6: «Tu trono
divino permanece para siempre y siempre», pero esta es una traducción altamente
improbable porque exige que se entienda el sustantivo hebreo para «trono» en
estado. Constructo, algo extremadamente inusual cuando un sustantivo tiene un
sufijo pronominal, como lo tiene este.
La traducción de la RSV se aceptaría sólo debido a
una presuposición teológica (que el salmista del Antiguo Testamento no podía
predecir un rey mesiánico plenamente divino), pero no en base al lenguaje o la
gramática. La RVR, NVI y VP toman todas el versículo en su sentido llano,
directo, como también las traducciones antiguas en Heb 1: 8.
DerekKidner, Psalms 1-72 TaTe (lnter-Varsity Press,
Londres, 1973), p. 172, dice que este versículo es «un ejemplo del lenguaje del
Antiguo Testamento desbordándose de sus orillas, para exigir más que un
cumplimiento humano», y «esta paradoja es consistente con la encarnación, pero
mistificante en todo otro contexto».
Aunque a algunos reyes antiguos, tales como los
faraones egipcios, a veces se les trataba como «dioses», esto era parte de la
falsedad conectada con la idolatría pagana, y no se debería confundir con Sal
45 , que es parte de la Biblia y por consiguiente verdad.
La traducción sugerida de Heb 1:8 en el margen de
la RSV (en inglés): «Dios es tu trono para siempre jamás», aunque posible
gramaticalmente, es completamente inconsistente con el pensamiento tanto del
Antiguo como del Nuevo Testamentos; el Dios poderoso que creó todo y gobierno
supremo sobre el universo jamás sería meramente un «trono» para algún otro.
El pensamiento en sí mismos es deshonroso para
Dios, y por cierto ni siquiera se lo debería considerar como una traducción
posiblemente apropiada.
De
modo similar en el Salmo 110: 1 David dice: «Así dijo el Señor a mi Señor: «Siéntate
a mi derecha hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies». Jesús
apropiadamente entiende que David se refiere a dos personas separadas como
«Señor» (Mt 22: 41-46), pero ¿quién es el «Señor» de David si no Dios mismo?
¿Y
quién podría decirle a Dios: «Siéntate a mi derecha» excepto alguien que sea también
completamente Dios? Desde la perspectiva del Nuevo Testamento podemos parafrasear
este versículo: «Dios Padre le dijo a Dios Hijo: "Siéntate a mi derecha».
Pero incluso sin la enseñanza del Nuevo Testamento sobre la Trinidad, parece
claro que David estaba consciente de una pluralidad de personas en un solo Dios.
Jesús, por supuesto, entendía esto, pero cuando les pidió a los fariseos una explicación
de este pasaje, «nadie pudo responderle ni una sola palabra, y desde ese día
ninguno se atrevía a hacerle más preguntas) (Mt 22: 46).
A
menos que estén dispuestos a reconocer una pluralidad de personas en un solo
Dios, los intérpretes judíos de la Biblia hasta este día no tienen una
explicación más satisfactoria del Salmo 110: 1 (o de Gn 1: 26, o de los demás
pasajes que acabamos de considerar) que la que tuvieron en el día de Jesús.
Isaías
63: 10 dice del pueblo de Dios que «se rebelaron y afligieron a su santo Espíritu),
al parecer sugiriendo que el Espíritu Santo es otra persona distinta de Dios
mismo (es «su santo Espíritu), y que a este Espíritu santo lo «afligieron), lo que
sugiere característica de capacidades emocionales de una persona distinta.
(Is
61:1 también distingue «El Espíritu del Señor omnipotente) de «del Señor),
aunque en ese versículo no se le atribuye ninguna cualidad personal al Espíritu
del Señor).
Evidencia
similar se halla en Malaquías, en donde el Señor dice: «El Señor Todopoderoso responde:
«Yo estoy por enviar a mi mensajero para que prepare el camino delante de mí.
De pronto vendrá a su templo el Señor a quien ustedes buscan; vendrá el
mensajero del pacto, en quien ustedes se complacen) (Mal 3: 1-2). Aquí, de nuevo,
el que habla (<el Señor Todopoderoso) se distingue a sí mismo del «Señor a
quien ustedes buscan), lo que sugiere dos personas separadas, a ambas de las
cuales se les llama «Señal).
En
Oseas 1:7 el Señor está hablando, y dice de la casa de Judá: «la salvaré por
medio del Señor su Dios), de nuevo sugiriendo que a más de una persona se le
puede llamar «Seña!) (heb. Yahvé y «Dios) (Elohim).
Y en Isaías
48:16 el que habla (evidentemente el siervo del Señor) dice: «Y ahora el Señor
omnipotente me ha enviado con su Espíritu».5 Aquí el Espíritu del Señor, como
el siervo del Señor, ha sido «enviado» por el Señor Dios en una misión en particular.
El paralelo entre los dos objetos del envío (a mí» y «a su espíritu») encajaría
con el concepto de ver a ambos como personas distintas; parece significar más que
simplemente «el Señor me ha enviado a mí y a su poder».
De
hecho, desde una perspectiva completa del Nuevo Testamento (que reconoce a
Jesús el Mesías como el verdadero siervo del Señor que predicen las profecías
de Isaías), Isaías 48: 16 tiene implicaciones trinitarias: «y ahora el Señor
omnipotente me ha enviado con su Espíritu», si las dice Jesús el Hijo de Dios,
se refiere a las tres personas de la Trinidad.
Todavía
más, varios pasajes del Antiguo Testamento que hablan del «ángel del Señor»
sugieren una pluralidad de personas en Dios. La palabra que se traduce «ángel»
(heb. Malak) significa simplemente «mensajero». Si el ángel del Señor es un «mensajero»
del Señor, él es distinto del Señor mismo.
Sin
embargo en algún momento al ángel del Señor se le llama «Dios» o «el Señor»
(vea Gn 16:13; Éx 3: 2-6; 23: 20-22 [note «mi nombre está en él» en v. 21, RVR
1960]; Nm 22: 35 con 38;Jue 2:1-2; 6:11 con 14). En otros puntos en el Antiguo
Testamento «el ángel del Señor» simplemente se refiere a un ángel creado, pero
por lo menos en estos pasajes del ángel especial (o «mensajero») del Señor
parece ser una persona distinta que es plenamente divina.
Uno de
los pasajes más disputados del Antiguo Testamento que podría mostrar personalidad
distinta para más de una persona es Proverbios 8: 22-31. Aunque en la parte
anterior del capítulo se podría entender solo como una personificación de la «sabiduría»
para efecto literario, que muestra a la sabiduría llamando al sencillo e invitándole
a aprender, vv. 21-31, uno podría argüir, dice cosas en cuanto a la «sabiduría»
que parecen ir más allá de la mera personificación.
Hablando
del tiempo cuando Dios creó la tierra, la «sabiduría» dice: «Allí estaba yo,
afirmando su obra. Día tras día me llenaba yo de alegría, siempre disfrutaba de
estar en su presencia; me regocijaba en el mundo que él creó; ¡en el género
humano me deleitaba!» (Pr 8: 30-31).
Su
obrar como un «artesano» al lado de Dios en la creación sugiere la idea de una
personalidad distinta, y las frases que siguen pudieran parecer incluso más
convincentes, porque sólo una persona puede decir «Día tras día me llenaba yo
de alegría», y puede regocijarse en el mundo y deleitarse en la humanidad.
Pero
si decidimos que «sabiduría» aquí se refiere al Hijo de Dios antes de que encamara,
hay una dificultad. Los versículos 22-25 (VP) parecen hablar de la creación de
esta persona a la que se le llama «sabiduría»:
NOTA: La traducción de Is 48: 16 en la RVR
reproduce tanto el sentido literal de las palabras hebreas y el orden de
palabras del texto hebreo.
La traducción de la NVI, «con su Espíritu» no la
exige el texto hebreo y tiende a oscurecer los pensamientos paralelos del Señor
enviándome «a mí» y «a su Espíritu». La palabra con en la NVI es interpretación
de los traductores de la conjunción hebrea ve, que más comúnmente significa
«y». La palabra hebrea común para «con» (im) no aparece en este pasaje.
En respuesta a estos argumentos uno pudiera
argumentar que hay personificaciones similarmente detalladas de la sabiduría en
Pr 8: 1-12 y 9: 1-6, y de la necedad en Pr 9: 13-18, y ningún intérprete
entiende que éstas sean personas reales. Por consiguiente, Pr 8: 22-31 no
representa a una persona real tampoco.
Este argumento me parece convincente, pero he
incluido el siguiente párrafo debido a que Pr 8: 22-31 tiene una larga historia
de intérpretes que piensan que se refiere a Dios Hijo.
El Señor Me Creó Al Principio De Su Obra, Antes De Que Él Comenzara A
Crearlo Todo. Me Formó En El Principio Del Tiempo, Antes De Que Creara La
Tierra. Me Engendró Antes De Que Existieran Los Grandes Mares, Antes De Que
Brotaran Los Ríos Y Los Manantiales. Antes De Afirmar Los Cerros Y Los Montes,
El Señor Ya Me Había Engendrado.
¿No
indica esto que esta «sabiduría» fue creada?
En
realidad, no. La palabra hebrea que comúnmente quiere decir «crear» (bará) no
se usa en el versículo 22. La palabra que usa es kaná, que aparece ochenta y
cuatro veces en el Antiguo Testamento y casi siempre significa «conseguir,
adquirir».
La
LBLA es más clara aquí: «El Señor me poseyó al principio de su camino» (de modo
similar RVR 1960). (Note este sentido de la palabra en Gn 39:1; Éx 21:2; Pr
4:5, 7; 23:23; Ec 2:7; 1s 1:3 (dueño). Este es un sentido legítimo y, si se
entiende la sabiduría como una persona real, significaría sólo que Dios Padre empezó
a dirigir y hacer uso de la poderosa obra creadora de Dios Hijo en el tiempo en
que empezó la creación; el Padre convocó al Hijo para que trabajara con él en
la actividad de la creación. La expresión «me engendró» en los versículos 24 y
25 es un término diferente pero podría llevar un significado similar; el Padre
empezó a dirigir y hacer uso de la obra poderosa creadora del Hijo en la
creación del universo.
REVELACIÓN MÁS COMPLETA DE LA TRINIDAD EN EL NUEVO TESTAMENTO.
Cuando
empieza el Nuevo Testamento, entramos en la historia de la venida del Hijo de Dios
a la tierra. Era de esperarse que este gran suceso estuviera acompañado de
enseñanza más explícita en cuanto a la naturaleza trinitaria de Dios, y eso es
en efecto lo que hallamos.
Antes
de mirar esto en detalle, podemos simplemente mencionar varios pasajes en donde
se mencionan juntas a las tres personas de la Trinidad.
Cuando
Jesús se bautizó, «en ese momento se abrió el cielo, y él vio al Espíritu de
Dios bajar como una paloma y posarse sobre él. Yuna voz del cielo decía:
"Éste es mi Hijo amado; estoy muy complacido con él"» (Mt 3: 16-17).
Aquí, en un mismo momento, tenemos a los tres miembros de la Trinidad
desempeñando tres actividades distintas.
Dios
Padre habla desde el cielo; Dios Hijo está siendo bautizado y el Padre le habla
desde el cielo; y Dios Espíritu Santo desciende del cielo para posarse y
capacitar a Jesús para su ministerio.
Al
final de su ministerio terrenal, Jesús dice a sus discípulos que «vayan y hagan
discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del
Hijo y del Espíritu Santo» (Mt 28:19). Los mismos nombres «Padre» e «Hijo»,
tomados de la familia, la más familiar de las instituciones humanas, indican
muy fuertemente.
NOTA: La confusión que rodea la traducción del
versículo parece haber sido causada por la traducción inusual de la
Septuaginta, que usó ktizo (crear) antes que la traducción usual ktaomai,
«adquirir, tomar posesión de») para traducir el término hebreo en este
versículo.
Kaná aparece ochenta y cuatro veces en el Antiguo
Testamento hebreo y se traduce más de veintisiete veces con ktaomai pero sólo
tres veces por ktizo (Gn 14: 19; Pr 8: 22; Jer 39 (32):15), todas las cuales
son traducciones cuestionables. Las otras traducciones del Antiguo Testamento
por Aquila, Símaco y Teodosio todas tienen ktaomai en Pr 8:22.
Que el
Padre y el Hijo son personas distintas. Cuando se pone al «Espíritu Santo» en la
misma expresión y en el mismo nivel de las otras dos personas, es dificil
evadir la conclusión de que al Espíritu Santo también se le ve como una persona
de igual posición que el Padre y el Hijo.
Cuando
nos damos cuenta de que los autores del Nuevo Testamento generalmente usan el
nombre «Dios» (gr. Teos) para referirse a Dios Padre y el nombre «Señor» (gr.
kurios), para referirse a Dios Hijo, es claro que hay otra expresión trinitaria
en 1ª Corintios 12: 4-6: «Ahora bien,
hay diversos dones, pero un mismo Espíritu.
Hay
diversas maneras de servir, pero un mismo Señor. Hay diversas funciones, pero
es un mismo Dios el que hace todas las cosas en todos».
De
modo similar, el último versículo de 2ª Corintios es una expresión trinitaria: «Que
la gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu
Santo sean con todos ustedes» (2ª Co 13:14). Vemos a las tres personas
mencionadas separadamente en Efesios 4: 4-6 igualmente: «Hay un solo cuerpo y
un solo Espíritu, así como también fueron llamados a una sola esperanza; un
solo Señor, una sola fe, un solo bautismo; un solo Dios y Padre de todos, que
está sobre todos y por medio de todos y en todos».
A
todas las tres personas de la Trinidad se las mencionan juntas en la frase de
apertura de 1ª Pedro: «Según la previsión de Dios el Padre, mediante la obra
santificadora del Espíritu, para obedecer a Jesucristo y ser redimidos por su
sangre» (1ª P 1: 2).
Y en
Judas 20-21 leemos: «Ustedes, en cambio, queridos hermanos, manténganse en el
amor de Dios, edificándose sobre la base de su santísima fe y orando en el
Espíritu Santo, mientras esperan que nuestro Señor Jesucristo, en su
misericordia, les conceda vida eterna».
Sin
embargo, la traducción de la RVR 1960 de 1Jn 5:7 no se debe usar en esta conexión.
Dice: «Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y
el Espíritu Santo; y estos tres son uno».
El
problema con esta traducción es que se basa en un número muy pequeño de manuscritos
griegos no confiables, el más antiguo de los cuales procede del siglo XIV d.C.
Ninguna traducción moderna en inglés incluye esta traducción, y todas la omiten,
como también la mayoría de los manuscritos griegos de las principales
tradiciones del texto, incluyendo varios manuscritos muy confiables del IV YV
siglo d.C., y también citas incluidas por los padres tales como Ireneo (ca. 202
d.C.), Clemente de Alejandría (ca. 212 d.C.), Tertuliano (murió después del 220
d.C.), y el gran defensor de la Trinidad, Atanasia (373 d.C.).
TRES DECLARACIONES RESUMEN LA ENSEÑANZA BÍBLICA
En un
sentido la doctrina de la Trinidad es un misterio que jamás podremos entender
por
completo. Sin embargo, podemos entender algo de su verdad resumiendo
las
enseñanzas de la Biblia en tres afirmaciones:
1. Dios es tres personas
2. Cada persona es plenamente Dios
3. Hay sólo un Dios
La
siguiente sección desarrollará en más detalle cada una de estas afirmaciones.